viernes, 29 de mayo de 2009

MURCIA/ Los comerciantes de la Gran Vía preferirían que las obras fueran en agosto

El levantamiento de las aceras, que comenzó ayer, causa malestar entre los dueños de las tiendas 29.05.09 -
RUTH HERNÁNDEZ MURCIA/ La Verdad
Nunca llueve a gusto de todos. Eso está claro, pero a los comercios de la Gran Vía, al igual que todos, penitentes de la crisis, las obras de renovación de aceras y alumbrado de dicha arteria de la ciudad no les van a venir como agua de mayo, precisamente. Y no es para menos, con la bajada de ventas que llevan sufriendo desde hace meses. Las tiendas esperaban recuperar caja con las próximas, y esperadas, rebajas de verano. La opinión general de estos vendedores es que el Ayuntamiento de Murcia tendría que haber retrasado el inicio de las obras hasta agosto. «Nos van a hacer una faena buena. Las obras nos van a perjudicar bastante en la venta porque la fecha fuerte de las rebajas es julio», manifestó el encargado de una tienda de ropa. En agosto, prosiguió, «no hay tanta gente. Lo que van a provocar es que la gente opte por ir a los centros comerciales».
El encargado de otro local explicó a La Verdad que cuando menos molestias pueden causar al comercio es en julio o agosto y no con las rebajas a la vuelta de la esquina. «Empezar las obras en mayo no es la fecha más idónea». «Han puesto la valla en mi puerta y la gente, que pasa corriendo, no se fija en los escaparates», concluyó.
Moisés Pérez, el dueño de Fabricantes TZ, declaró que «fecha buena no hay ninguna, porque lo van a levantar todo y va a ser un caos. Con la crisis que tenemos encima, es un disparate. La gente que trae las rebajas, te la quita la obra».
En cuanto al propósito de causar las menores molestias posibles a los locales con diversas acciones como cargar y descargar los camiones a primera hora de la mañana, e intensificar el trabajo a la hora de comer, Pérez señaló que, aún así, «nos entorpecerá todo el día». La responsable de una perfumería expresó su descontento. «Con tantos parados, creo que podrían contratar a más gente y terminar las obras antes». En cuanto a los problemas de cualquier obra, el mayor es el ruido. «Con este jaleo, ni oimos a la gente», agregó.
No obstante, todo no son quejas. La joyería Solercia mostró su agrado por el futuro lavado de cara. «Aunque las obras coincidan con las rebajas, es mejor que hacerlas en invierno». «Ganaremos en visibilidad y daremos un aspecto más moderno a los clientes», concluyó la encargada.

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